lunes, 30 de mayo de 2011

LA ACTUAL REFLEXIÓN PEDAGOGICA

LA REFLEXIÓN PEDAGÓGICA EN LA COTIDIANIDAD DEL AULA
INTRODUCCIÓN
La reflexión pedagógica, ya no implica, solamente, la búsqueda por el sentido de la educación, la selección de conocimientos adecuados para ser enseñados o dar respuestas a las necesidades sociales desde el hecho educativo; esta, la pedagogía, también requiere una reflexión que asuma el sujeto, no sólo teniendo en cuenta su contexto, sino que procure ver su historia propia y humana, es decir la apuesta a la que acá se apunta es por el carácter antropológico (biológico y cultural) que ha marcado la evolución de cada ser, una pedagogía que reconozca la formación individual pero que a su vez lo entienda desde su posibilidad de ser construido socialmente en el mundo de la vida… es la apuesta por una pedagogía que reflexione sobre el ser humano susceptible de ser educado.
1 ANTROPOLOGÍA BIOLÓGICA es de fundamental importancia, toda vez que ha permitido echar un vistazo al pasado de nuestra evolución, ha permitido tomar conciencia de quienes somos, de dónde venimos, de los primeros pasos del hombre sobre la faz de la tierra, su constante crecimiento, desarrollo y maduración para llegar a ser quien es en esta época y en una evolución paralela con el futuro.
Además todos estos cambios y nuevos mundos que se abrían ante los ojos del nuevo hombre posibilitaron la maleabilidad cerebral, retardando así su maduración, pero adquiriendo mayores posibilidades, captación y procesamiento de información, así como la multiplicidad de respuestas ante los diversos estímulos.
Otorgándole a los hombres nuevas formas de ver su entorno y de desenvolverse en él.
2 ANTROPOLOGIA CULTURAL En ésta evolución los grandes saltos culturales están marcados principalmente por la posibilidad, a raíz de la evolución biológica, de fabricar instrumentos y de desarrollar formas de lenguaje y comunicación únicas; a partir de estos aspectos es desde donde la antropología cultural hace su gran aporte, es decir, en escudriñar como evolucionaron las culturas, cuáles fueron sus rasgos característicos, los elementos y las necesidades que les permitieron conformarse como tal y lograr la humanización.
Piñero (2000, p. 109) afirma que, “hoy en día el hombre ya no se adapta a su ambiente por medio de la evolución biológica sino por medio de la evolución cultural: para sobrevivir ya no son importantes las características biológicas, sino más bien las culturales”.
3 LA EDUCACIÓN
Esta misma posibilidad de seres inacabados son el insumo perfecto para emprender procesos educativos, porque el hombre en su curiosidad perdurable, en su búsqueda por respuestas, le ha dado a la educación -en sus múltiples formas- la importante misión de suplir parte de esa curiosidad e inquietudes que a diario le asaltan y ante aquellas que no se pueden dar respuestas, otorgar algunas herramientas para emprender su búsqueda.
3.1LA EDUCABILIDAD es una posibilidad y una categoría humana. Una posibilidad, porque significa la viabilidad del proceso educativo y la afirmación de que la educación es factible; una categoría humana, por cuanto se predica del hombre esta cualidad (…) Entre todas las categorías humanas la educabilidad ocupa un lugar de privilegio y hasta es, para muchos, la más esencial de todas ellas. La educabilidad es la condición primordial del proceso educativo.
3.2LA COMPLEJIDAD: Es el reconocimiento de que el hombre no es sólo espíritu, materia o la dualidad que estos elementos puedan representar, sino que ante todo es complejidad, en tanto es un ser Biológico, espiritual, social, etc.
3.3 EL LENGUAJE: Toda vez que ha evolucionado con el hombre y cada vez se hace más y más complejo, por la diversidad de nuevos significados y sentidos que se le otorga a las formas de comunicarse el hombre.
4 LA FORMACIÓN
es todo aquello que permite a cada sujeto ser único e irrepetible, construir una identidad propia, proyectarse en relación a su contexto; en este sentido la formación podría ser todo ese cúmulo de experiencias significativas de aprendizaje, en relación no sólo con la educación y los conocimientos que le son impartidos en la escuela (en sus diferentes niveles), sino también en la infinitud de saberes que se encuentran a su alrededor y durante toda su vida, y que se construyen en el mundo de la vida, donde se relaciona con el Otro y lo otro, y donde sus formas de ver el mundo cobran sentido y significado.
la formación no se limita a la adquisición de conocimientos o de formas lógicas de concebir la realidad, estas son, quizás, sus aspectos más técnicos, los cuales se han encargado -en el discurso de muchos- de reducirla un elemento operativo y de referencia en los modelos educativos; por el contrario, la formación, en el sentido acá expuesto, adquiere una connotación más humana, que no permite ser modelada, ni controlada, pues en la espontaneidad, lo cual sólo se presenta en aquel mundo de la vida al que acabamos de hacer referencia.
Nos pone en disposición de apertura hacia lo inesperado, como opción de transformación, no es una formación estática, sino en procura de generación de cambios individuales y sociales, la formación debe ser proceso de desarrollo individual tendiente a adquirir... o perfeccionar capacidades de sentir, de actuar, de imaginar, de comprender, de aprender, de utilizar el cuerpo… pero sobre todo, desde la posibilidad de reconocer problemas y pretender solucionarlos con alternativas de comprensión y generación de otras ideas.
5 EL MUNDO DE LA VIDA
Es aquel en el cual nos movemos diariamente, que pasa desapercibido ante la conciencia, donde transcurre el vivir cotidiano y encontramos vivencias, pensamientos y acciones, es la rutina diaria; es un espacio irreflexivo ya que cuando empezamos a volcar nuestra conciencia sobre él, deja de ser espontáneo y cotidiano, pues ya es centro de nuestra atención
Para que se dé una verdadera formación debe estar sujeta a la realidad social y no -solamente- a una realidad individual, sino a un espacio común de interacción y encuentro.
El mundo de la vida es entonces, el espacio-tiempo en el cual el sujeto se ubica en relación con los demás, comparte con ellos, se llena de vivencias, conocimientos, saberes; es el punto de referencia donde encuentra sentido a sus acciones, a sus pensamientos y como ya se ha dicho, le permite asumir la realidad tal como lo hace.
6 CONSTRUYE SOCIALMENTE
En realidad, no puedo existir en la vida cotidiana sin interactuar y comunicarme continuamente con otros.
Y es en ese compartir con los demás donde voy construyendo mi propia identidad, aquella que me permitirá identificarme como ser único a pesar de que existan ciertas normas de comportamiento acordadas socialmente, es decir, al interactuar con una comunidad no necesariamente soy reflejo de las acciones, sino que las asumo y las transformo de acuerdo a mis propios intereses.
que si la realidad social se encuentra en ese mundo de la vida, donde nos encontramos con los otros, donde construimos y reconstruimos permanentemente nuestras formas de ver el mundo, así mismo, la formación es una característica humana que se construye socialmente en tanto que aquellos elementos que la conforman surgen como producto de esa construcción; así la escuela, los conocimientos, los saberes, los comportamientos, la visión del mundo, el ser y el deber ser de nuestra sociedad hacen parte de nuestra formación, de nuestra identidad, que aún siendo propia de cada sujeto emerge de las dinámicas sociales.
7 LA PEDAGOGÍA
La pedagogía a lo largo de su historia ha sufrido grandes cambios y ha pasado por diversas formas de ser asumida, desde ser vista como arte, como disciplina, como ciencia o filosofía de la educación; esto de acuerdo a la época en la cual surge el pensamiento en torno a ella.
En este momento debe cobrar sentido el análisis antropológico, porque una pedagogía del Ser debe asumir el carácter evolutivo del hombre, en la medida que esto, como se dijo anteriormente, es lo que ha permitido que el ser humano  sea considerado como ser inacabado tanto en lo biológico y en lo cultural, y convirtiéndose en un Ser educable como posibilidad del Ser, tal como lo referiría Heidegger.
Una pedagogía del Ser, entonces, debe tener en cuenta las expectativas de los sujetos, sus intereses y sus posibilidades; por esto, lo que acá se plantea, no pretende dar respuestas, pues estas sólo se pueden hallar en el contexto educativo del sujeto.
Todos los grandes clásicos de la Pedagogía han centrado sus análisis en aquel campo en el que la pedagogía se valida: en la práctica educativa, necesariamente vinculada a la enseñanza y la escuela, al maestro y al alumno. De manera que, si bien el análisis ideológico, político y social es imprescindible desde el enfoque de la educación como proceso histórico y social, la pérdida del análisis institucional y áulico ha dejado vacíos y provocado pérdidas en cuanto a la identidad y desarrollo del campo pedagógico.
La historia del pensamiento pedagógico en nuestro país nos ha mostrado el camino: los grandes pensadores, los grandes maestros han desarrollado pensamiento y acción de forma inseparable, vinculando el análisis de lo ideológico, político y social con la escuela, el maestro y sus prácticas.
QUEHACER EDUCATIVO
Desde una perspectiva de cambio educativo, no puede ingenuamente plantearse sólo como cambio en las políticas educativas, sino que debe apoyarse en una profunda reflexión acerca de todos los ámbitos involucrados, reconociendo la fuerte importancia del aula como facilitadora o inhibidora de ellos.
¿Qué es pensar pedagógicamente?
Se ha definido la Pedagogía como la “teoría de la educación”; y su carácter, como integrador de los aportes de las demás disciplinas que analizan la educación.
¿Pero qué significa esto? ¡¡Es tan amplio pensar la educación!!
Sin duda que pensarla, implica ubicarla en una sociedad, como parte de ella, de sus definiciones, sus tradiciones, sus valores, sus estructuras…; estamos hablando de que pensar la educación implica pensar sus fines, sus manifestaciones, sus actores. Y este es uno de los niveles imprescindibles en el que pensar la educación.
El otro, más específico, es el referido a la situación formal, a la educación institucionalizada, a la escuela y el aula. Implica una manera de pensar y de abordar la práctica educativa desde sus fundamentos, pensar la vida de la escuela a partir y a través de sus actividades, relaciones, fines y funciones.
El centro de la práctica educativa está en el enseñar y aprender. La búsqueda de la significación de ellos nos refiere a las finalidades pedagógicas, y a cierta concepción del hombre y la sociedad.
«Es que el enseñar no existe sin el aprender. Quiero decir que el enseñar y el aprender se van dando de manera tal que por un lado, quien enseña aprende porque reconoce un conocimiento antes aprendido y, por el otro, porque observando la manera como la curiosidad del alumno aprendiz trabaja para aprehender lo que se le está enseñando, sin lo cual no aprende, el educador se ayuda a descubrir dudas, aciertos y errores.»
P a u lo   F r e i r e
A veces, las preocupaciones inmediatas nos llevan a olvidar las finalidades que, como tales, deben orientar nuestros objetivos y acciones particulares. A su vez, cuando nuestra preocupación gira solo en torno al enseñar determinados contenidos, pensando en cuáles, cómo y cuándo enseñarlos; cuando nuestra preocupación se centra solo en la búsqueda de la mejor r forma de organización, estoy perdiendo una parte esencial de la práctica educativa: el aprendizaje.
Rescatar el pensar pedagógico en el aula implica pensar  cómo se enseña y cómo se aprende, por qué se enseña y por qué se aprende, para qué se enseña y para qué se aprende.
Implica repensar continuamente nuestras actitudes, prácticas y relaciones para ajustarlas a fines, supuestos y realidades cambiantes.
Para comenzar a repensarlas, quizá debamos pensar la práctica no como mera “actividad”, sino como reflejo de determinados sentidos y significaciones construidos socialmente y que tienen que ver con las intencionalidades, los sentimientos, las definiciones, etc.
«La práctica educativa es una actividad intencional, desarrollada de forma consciente, que sólo puede hacerse inteligible en relación con los esquemas de pensamiento, a menudo tácitos, y en el mejor de los casos, parcialmente articulados, en cuyos términos dan sentido a sus experiencias los profesionales.»
W i l f r e d   C a r r
Pensar pedagógicamente implica reflexionar precisamente acerca del sentido y significado de las prácticas. No concebimos la Pedagogía como “una teoría aplicada”, sino que referida a la tarea de pensar críticamente, esto es, poner en cuestión, problematizar la adecuación entre los conceptos y valores en los que nos fundamentamos, y nuestras prácticas educativas. El carácter integrador y problematizador de la Pedagogía lo permite.
«No se trata de una transición de la teoría a la práctica en cuanto tales, sino de la irracionalidad a la racionalidad, de la ignorancia y la costumbre, al saber y la reflexión. Así concebida la teoría de la educación, tiene por fin, emancipar a los profesores de su dependencia de prácticas que son producto de lo anterior, la costumbre y la tradición, desarrollando formas de análisis y de investigación orientadas a exponer y examinar las creencias, valores y supuestos básicos implícitos en el marco teórico mediante el que los profesores organizan sus experiencias.»
 Wilfred Carr
La importancia de la reflexión pedagógica en el aula radica en el reconocimiento de que los problemas que se tratan de afrontar pueden y deben ser planteados y resueltos por los profesionales de la educación. El éxito depende de que los docentes conozcan y comprendan sus problemas y sus prácticas, depende de que se comprenda que los conceptos con los que afrontamos la realidad terminan configurándola y definiendo las decisiones que se adoptan para mejorarla o modificarla. Por lo tanto es esencial esforzarse por examinar la mayor o menor adecuación de los conceptos que se materializan en el lenguaje de la práctica educativa, articulando la relación entre el discurso educativo y las realidades.
Pensar pedagógicamente la realidad implica hacer explícito el esquema teórico que fundamenta la práctica como forma de desarrollar coherentemente el proceso, que no existan contradicciones entre lo que se piensa y dice, y lo que realmente se está haciendo, entre las creencias acerca de la práctica educativa y la práctica misma.
Por ejemplo, se ha valorado positivamente el concepto pedagógico de “aprender a aprender”, concepto que se apoya en la idea del aprender por descubrimiento. Esto implica la concepción de un niño activo, que investigue, sea creativo, construya su propio proceso de conocer como sujeto integral. Se sustenta en la importancia de la acción y no solo del pensamiento.  Este concepto exige tener en cuenta lo que el alumno está en disposición de aprender, el momento personal, afectivo y cognitivo que vive y, a partir de allí, planificar la enseñanza. Pero ¿cuántas veces nos hemos hecho esta pregunta, cuántas hemos indagado estas cuestiones antes de pensar nuestras acciones? ¿Cuánto de homogeneizador tienen nuestras propuestas?
Si pensamos que el niño aprende por experiencia (pensamiento y acción), pero seguimos separando cuerpo y mente, pensar y hacer, racionalidad y afectividad; si anunciamos la importancia de respetar las diferencias individuales, pero asimilamos los procesos de construcción del conocimiento a la lógica disciplinar y a las pautas de organización preestablecidas como patrón de medida para todos por igual, si no vinculamos las concepciones teóricas y nuestras prácticas para validar o invalidar unas y otras, seguiremos planteándonos preguntas sin respuesta. Convertir la afirmación en problematización implica poner de manifiesto las creencias incuestionadas y las premisas no enunciadas. Implica develar las prácticas que, por tradición, rutina o imposición, se han consolidado como “habitus” en el aula y la escuela.
«La práctica se cambia únicamente cuando nuevas experiencias suponen el reexamen de los problemas.»
J o h n   D e w e y
Ahora bien, para ello es necesario:
Resaltar la importancia del docente en el desarrollo de los procesos de cambio.
E s t r e c h a r   l a   v i n c u l a c i ó n   e n t r e   t e o r í a -práctica.
Apoyar el desarrollo del “pensamiento práctico” (Schön) como fundamento del
saber práctico, que incluye:
• Un saber referido a la acción profesional misma (saberes que conforman el saber-hacer).
• Un saber referido  a la reflexión en la acción (saberes que interpretan la acción mientras transcurre).
• Un saber referido a la reflexión sobre la acción (saberes sobre la reconstrucción diferida de lo actuado).
La producción de estos saberes, específicos del docente, se apoya en la reflexión pedagógica.
Estas grandes líneas de pensamiento se plantean en torno a la necesidad de:
*Recuperar el protagonismo como fuente de profesionalidad.
S u p e r a r   l a   “ i l u s i ó n   d e   l a   r e f l e x i ó n ”
(Zeichner), el acriticismo que desarrolló “la crítica de la escuela”, pero no la “escuela crítica”, que no produjo la profundización y problematización de la realidad, que llevó a la construcción de discursos críticos, pero a prácticas rutinarias.
Superar la dicotomía entre “teóricos que no practican y prácticos que no teorizan”.
Desarrollar prácticas educativas fundamentadas en la reflexión para una intervención propia, creativa, original y coherente implica responsabilidad y compromiso con el alumno, la educación y la sociedad.
Las industrias dinámicas de la sociedad del conocimiento son las industrias de la inteligencia: la biotecnología, la informática, la microelectrónica, las telecomunicaciones, la robótica, la industria de nuevos materiales y la aviación civil, entre otras son las actividades bandera del nuevo siglo. Dentro de un enfoque ecológico, ninguna de éstas industrias depende de los recursos naturales, ni de la mano de obra barata, ni siquiera del capital, que va a donde lo llaman con la velocidad de la luz. Estas industrias dependen de un nuevo factor de producción: se llama el conocimiento. En la sociedad del conocimiento el valor agregado ya no proviene de los factores clásicos de producción "tierra, capital y trabajo": viene de la tecnología antes que todo.
Por ello la educación debe replantear sus objetivos, sus metas, sus pedagogías y sus didácticas si quiere cumplir con su misión en el siglo XXI, brindar satisfactores a las necesidades del hombre , como dice Bill Gates en lo que trae el futuro" Las mismas fuerzas tecnológicas que harán tan necesario el aprendizaje, lo harán agradable y practico. Las corporaciones se están reinventando en torno de las oportunidades abiertas por la tecnología de la información, las escuelas también tendrán que hacerlo".
Parafraseando a nuestro Nobel Gabriel García Márquez "Creemos que las condiciones están dadas como nunca para el cambio social y que la educación será su órgano maestro. Una educación desde la cuna hasta la tumba, inconforme y reflexiva, que nos inspire un nuevo modo de pensar, quiénes somos en una sociedad que se quiere a sí misma. Que canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante siglos hemos despilfarrado en la depredación y la violencia, y nos abra la segunda oportunidad sobre la tierra que no tuvo la estirpe desgraciada del coronel Aureliano Buendía. Por el país prospero que soñamos al alcance de los niños".
Navegar en la aldea global será una tarea que exige muy altos niveles de "inteligencia social" esto es, capacidad organizada del país para adaptarse a un mundo que cambia rápidamente, lo cual supone adquirir y procesar la información sumamente compleja, para tomar decisiones que aseguren el aprovechamiento óptimo de cada coyuntura. La alta inteligencia conlleva una ética de aceptación de la verdad, de responsabilidad, de autonomía, de compromiso con el bien público por encima de los intereses individuales o sectoriales, de respeto por los valores universales encarnados en los derechos humanos y en la práctica de la justicia para contribuir al logro de la paz. Por eso es necesario desarrollar el pensamiento crítico y estimular la actitud científica desde la primera escuela y a lo largo de toda su vida educativa.
La educación busca dentro de sus objetivos últimos la formación integral del ser humano, entendido como un ser de necesidades, habilidades y potencialidades. Busca intervenir en las Dimensiones Cognitivas (conocimientos) Axiológica (valores) y Motora (Habilidades y Destrezas), para mejorar la calidad de vida.
 La virtualidad del saber no supone un saber-menos, o un saber-peor. Tampoco supone un saber-de-segundo-grado o de segunda categoría. Antes bien, corresponde a una transformación de los procesos mediante los que se aprende, constata (anota) y explica el mundo, procesos que están en sintonía y dependencia con nivel de desarrollo de los medios tecnológicos del actual momento histórico. Por decirlo de otra manera: no existe garantía de que las setecientas páginas de la Crítica de la Razón Pura de Kant, conduzcan a mayor nivel de comprensión de la estructura del conocimiento (y, al cabo, a mejorar la felicidad del género humano) de las investigaciones neurológicas sobre el área del lenguaje, o los foros de discusión de Internet sobre el conocimiento intuitivo o el pensamiento creativo.
La virtualidad del conocimiento no estriba tanto en la metodología que guía a éste cuanto en los fenómenos a que da lugar. La Teoría de la Relatividad no posee mayor cualidad epistemológica por el hecho de que, como dijera Ortega y Gasset, en el momento en que fue formulada, apenas diez o doce personas en Europa se hallaban en condiciones de entenderla. Posiblemente, su importancia deriva de que ha conducido a una explicación del universo que, a juicio de la comunidad científica, supera, integrándolas, las cosmologías ptolemaica y newtoniana, y, además, ha llevado al hombre a la luna (y a los japoneses a perecer bajo un par de bombas atómicas). Pero la comunidad no-científica nada ha podido argüir al respecto. De la misma manera, el conocimiento dependiente de y circulante por las redes virtuales (y, por tanto, sometido a sus constreñimientos') no posee menor ni mayor cualidad epistemológica por la forma en que se produce, ni por las leyes a que se sujeta. Como en el caso de las teorías einstenianas, es capaz de permitir diagnosis de cánceres a distancia, o acceso a datos remotos, y, a la vez, poner al alcance de medio mundo técnicas para fabricar bombas, organizar y disolver con extrema facilidad (y ubicuidad) redes de pornografía infantil, detectar backdoors en programas informáticos bursátiles (que podrían ocasionar auténticos cataclismos en los mercados de valores) o piratear la última entrega de la Guerra de las Galaxias antes de su estreno.
Con esto y con todo: ¿qué es el conocimiento virtual?. Sin duda, aquel que, sea cual fuere su origen, se somete a las leyes de las redes virtuales, lo que significa que se estructura de acuerdo con parámetros de versatilidad, facilidad de acceso, rapidez de descarga y multimediaticidad, a lo que se agrega la posibilidad de ser manipulado e interactuado por cualquier usuario remoto. Puede leerse un libro a la manera guttenbergiana, hacer un resumen y exponerlo con cierta vergüenza ante veinte o treinta compañeros de clase. Puede generarse un debate sobre no importa qué tema en Internet. Acto seguido se inmiscuirá en él individuos de cualquier parte del mundo. El resultado tal vez sea una estupidez, pero nunca será una estupidez mayor que creer que la lectura de un soneto de Lope de Vega nos hará más cultos porque ese conocimiento es, por naturaleza, más relevante y profundo. En cualquier caso, la cuestión, creemos, no es tanto (como hemos intentado mostrar) la discusión sobre la naturaleza del saber así constituido cuanto la pregunta: ¿cómo se modifica la estructura misma del saber y del sujeto-que-sabe al someterse al conocimiento virtual? Como casi siempre en la historia, la cuestión más fundamental es la antropológica, no la epistemológica. ¿En qué devendrá la nueva `ecología' de los individuos en la sociedad de las redes? Por lo anteriormente dicho podemos entonces reafirmar que la Internet no es buena ni mala, su uso e impacto depende de la utilización que le den los seres humanos y solo allí se podrá evaluar a la formación axiológica de los mismos, los computadores y el Internet son un medio, no un fin en sí mismos.
En este artículo haré referencia al fundamento teórico que sustentan uno de los aspectos que contribuyen al mejoramiento de la calidad de la educación como son los procesos de aprendizaje y específicamente los aprendizajes mediados por informática y telemática.
Me referiré a la forma de generar otros modelos de aprendizaje con el uso de las nuevas tecnologías de información y comunicación a través de la posibilidad de generar "ambientes virtuales de aprendizaje por Internet" involucrando en estos modelos tiempos, espacios, recursos, relaciones alumno-maestro, alumno-alumno de otras culturas, alumno sitios de interés, bibliotecas, museos etc.

1 comentario: